¿Cuánto dura un implante dental?

¿Te has preguntado alguna vez cuánto duran los implantes dentales? De media, ¿cuál es su vida útil? Dependerá, en gran medida, de los cuidados que les dispensemos. Vamos a profundizar más en el tema en las siguientes líneas. 

Por lo general, los implantes dentales tienen una vida media de entre 15 a 25 años. De todos modos, esto puede variar en función de determinados factores. En la mayor parte de los casos, el implante es permanente porque el titanio con el que se fabrican se fusiona con el hueso maxilar. Es lo que se conoce como oseointegración. Perdura todo el tiempo que el hueso del maxilar esté allí. Eso sí, siempre y cuando se le procure un mantenimiento adecuado y el paciente acuda a revisiones dentales al menos dos veces al año.

Lo que más influye en la vida útil de un implante dental es la higiene. Si esta es deficiente, las bacterias se acumulan en la superficie del implante derivando en la inflamación de la mucosa que lo rodea. Hablamos entonces de un cuadro de mucositis. Si no se interviene a tiempo puede derivar en la periimplantitis; ahí ya hablamos de inflamación y pérdida ósea irreversible alrededor del implante. Al final, el implante perderá su anclaje en el hueso y se perderá. 

En la vida útil de los implantes dentales también influyen otros factores como el bruxismo (apretar o rechinar los dientes), la diabetes o el cáncer. Como no, también el tabaquismo. Todos son ingredientes que refuerzan o disminuyen las probabilidades de éxito de un implante dental.

Por su parte, la corona dental tiene una vida más corta que el implante. Dura aproximadamente entre 10 y 15 años antes de que haya que proceder con el reemplazo. Como siempre, la higiene dental será determinante. 

Qué hacer antes de colocar implantes dentales

Antes de proceder a la colocación del implante, hay que proceder con pruebas radiológicas como un escáner dental (TAC 3D). Se trata de determinar la calidad y cantidad de hueso, algo clave para colocar el implante. El hueso ha de rodear el implante al menos 1,5 milímetros en todo su perímetro.

Además, antes de proceder a la colocación del implante hay que solventar las enfermedades periodontales que puedan existir. Por ejemplo, periodontitis o piorrea. Se procede además a analizar los tejidos blandos. Tanto el grosor como su estado general. Hay procedimientos para aumentar el tejido óseo (por ejemplo, injertos en bloque). También se puede proceder al aumento de tejidos blandos recurriendo por ejemplo a un injerto de encía.

En resumen, si se cumple el calendario de revisiones pautado por el dentista y se mantienen unos correctos hábitos de prevención e higiene bucodental, el implante puede durar muchos años. Si sigues las pautas marcadas, los resultados de los implantes dentales serán duraderos.